Proyecto realizado conjuntamente con el arquitecto Antonio Suárez Linares, y con la colaboración de Ancor Suárez S. (arquitecto).

La regeneración de la playa de El Confital constituyó una ocasión extraordinaria para dar solución a uno de los lugares más degradados del litoral del municipio de LPGC.

La solución está marcada por el diálogo de los elementos de nueva implantación con las preexistencias más genuinas del lugar. Una tectónica de placas, que brotan en la explanada de la playa y se conectan por pasarelas de madera elevadas; con un acceso conformado por un sendero de acero cortén que revaloriza el corte basáltico del acantilado y la pequeña vegetación tapizante.

La intervención ofrece lugares de paseo, solarium en madera o piedra (distinta temperatura en función de los colores) y miradores, rematado todo ello con una proa de pórfido rojo sobre el Atlántico. Paseantes, surfistas, ciclistas, bañistas, …. hacen un uso intenso de este nuevo lugar.

Los coches se quedan tierra adentro, esperando que en un futuro el uso de la zona sea totalmente peatonal: y que se puedan realizar los equipamientos necesarios (vestuarios, aseos, puesto de socorro) que ayer se impidieron.